La Villa de Zújar se encuentra en la zona norte de la provincia de Granada, en el corazón del Geoparque. Es uno de los pueblos más singulares del Altiplano granadino fácilmente localizable por la inconfundible silueta del Cerro Jabalcón coronado con la ermita de la Virgen de la Cabeza.
Los paisajes del término municipal son únicos en la provincia por el contraste de terrenos rocosos y secos con frondosos pinares y su rica vega regada con las aguas del embalse del Negratín, el río Guadalentín y numerosos manantiales subterráneos.
Los 2.548 habitantes del municipio son su principal riqueza y hacen de la Villa de Zújar un lugar para visitar y disfrutar con inmensas posibilidades deportivas, gastronómicas y culturales.
Vive la tradición, la grandeza y la belleza natural de Zújar
Seguramente, cuando desde la lejanía intuya la majestuosidad del Jabalcón, y se sorprenda de esa mole inmensa erguida en las planicies del norte de Granada, podrá comprender como a sus pies reposa, testigo de la historia, uno de los pueblos más singulares del Altiplano, rodeado de vegas y olivos centenarios, generoso en su acontecer histórico con sus pueblos vecinos, donde las tradiciones más auténticas, y el futuro más prometedor se construyen día a día y se ofrece al visitante en una explosión de naturaleza bella y singular, desde las cálidas aguas del Negratín hasta tocar el cielo del Altiplano.
Zújar es uno de los mejores lugares para practicar deportes de naturaleza. Pasear por los viejos caminos de la vega entre olivos y huertos, fuentes y albercas. Subir al Cerro Jabalcón entre pinos y chaparros haciendo senderismo o bicicleta de montaña, navegar en el embalse del Negratín, un auténtico mar tierra adentro. Volar desde las pistas situadas sobre el Jabalcón en Ala Delta o Parapente.
Disfrutar en Zújar, es sobre todo, conocer sus paisajes, descubrir su gastronomía popular, descansar en hoteles y cuevas singulares, disfrutar de un baño en las aguas termales, dejarse llevar y vivir los atardeceres sobre el Negratín y en la noche compartir con los vecinos la hospitalidad de este pueblo amable.
Descubre la belleza geológica y cultural de Zujar en el corazón del Geoparque de Granada
El Término municipal de Zújar está situado entre las cordilleras subbéticas, en el denominado Altiplano Granadino. Su peculiar orografía se configura por su situación entre el Parque Natural de la Sierra de Baza al sur, y los de Cazorla y Castril al norte. La Villa de Zújar se encuentra en las faldas del Cerro Jabalcón, un monte aislado que alcanza una altitud de 1.496 m.
El término municipal presenta un conjunto de altiplanicies horadas, por la lenta acción del agua, que han conformado una red de barrancos y ramblas que descienden hacia el cauce del río Guadiana Menor, desde la derecha y desde la izquierda (llanuras y estribaciones de la Sierra de Baza).
En la actualidad este cauce está ocupado por el embalse del Negratín, confluencia de los elementos orográficos e hidrográficos del término municipal. Además de terrenos pelados y secos, por su naturaleza calcárea, el núcleo de Zújar se sitúa en una zona de afloramiento de agua subterránea.
Las numerosas fuentes han permitido la existencia de una frondosa vega desde tiempos inmemoriales. Las estribaciones del Cerro Jabalcón, en su cara norte, ofrecen un paraje de pinares fruto de las repoblaciones de mediados del siglo XX. Hacia el norte, se asciende entre barrancos, ramblas y el cauce del río Guadalentín, en dirección a la Sierra del Pozo y de Cazorla. Se llega, así, al núcleo denominado Carramaiza, que se enclava en los llanos del mismo nombre, y se sigue ascendiendo hasta el límite con la provincia de Jaén.
Los paisajes del término municipal son únicos en la provincia de Granada debido al gran contraste provocado por la diversidad de sus parajes.
Cruce de caminos por los que llegaron civilizaciones, guerras y batallas.
Zújar, bajo el Jabalcón, junto al río que ahora se amansa en el Mar de Altiplano del Negratín es un pueblo antiguo, testigo de la historia. Testigo en su vieja Alcazaba de la dominación árabe, en sus barrios que se han ido uniendo, siendo muestra de cada devenir histórico y finalmente, un pueblo vivo que emprende nuevos caminos, con el carácter emprendedor de su gente, con la ilusión de querer y vivir en su tierra.
Zújar cuenta con un centro histórico formado por un barrio de sabor morisco, de casas encaladas, algunas de las cuales proceden del siglo XVII. También existe un enorme barrio de casas-cueva, formando un abigarrado conjunto en la loma de Abatel, y una zona de expansión de reciente creación, surgida a partir de los años 70, hacia la vega.
El casco urbano se extiende entre el Cerro Jabalcón y el Cerro Jaufí, junto a una vega frondosa, con vestigios de agricultura y asentamientos tradicionales. Las zonas más antiguas conservan el sabor morisco del siglo XVI y la toponimia de procedencia árabe, con una intrincada red de callejuelas que desembocan en la rambla de Zújar, que divide al núcleo urbano en dos partes.
El agua mana de numerosas fuentes de piedra también de origen árabe como son el Caño de la Sima, el Caño Jorge, el Caño San Leandro y el Cañillo de los Gregorios.
En la Vega, numerosas fuentes abastecen al pueblo y refrescan en los rigores del estío, como la fuente de las Doncellas, la fuente de la Alcanacia, la Fuente Grande, etc. Dentro de este apartado, cabe mencionar la existencia del lavadero de la Abatel, aún en uso.
Zújar cuenta con numerosos barrios testigos de su historia centenaria, probablemente el más pintoresco sea el barrio de Abatel, es un conjunto abigarrado de casas-cueva, dispuestas de forma irregular por la loma del “Cerrillo de la Horca” y las faldas del promontorio Abatel, nombre que proviene del árabe y que significa lugar de castigo, pues hasta 1502 el condestable de Navarra mantuvo un patíbulo en el lugar. En su extremo este se alza la Ermita de San Pedro y San Pablo construida en la década de los años 70.
Carramaiza – anejo de Zújar – es un abigarrado conjunto de casas-cueva que conserva su estructura tradicional. Sus gentes son hospitalarias y de costumbres sencillas, que se dedican en su mayoría a las labores agrícolas y ganaderas.
La particular arquitectura de sus casas-cueva, unido al gran atractivo de sus vistas sobre el pantano y el Cerro Jabalcón, ha permitido un desarrollo incipiente del turismo rural.
La Iglesia de la Anunciación de Zújar es uno de los monumentos más destacados de esta localidad ubicada en el corazón del Geoparque de Granada. Su construcción se remonta al siglo XVI, cuando se erigió sobre las ruinas de una antigua mezquita. A lo largo de los siglos, la iglesia ha sufrido diversas remodelaciones, siendo la construcción actual de mediados del siglo XVIII y de estilo neoclásico con algunos elementos barrocos.
El interior de la iglesia destaca por su amplia nave rectangular, la cual está rematada por una impresionante cúpula. También se pueden apreciar diferentes capillas laterales, que están decoradas con hermosos frescos y esculturas de gran valor artístico e histórico.
En cuanto a la fachada de la iglesia, es una mezcla de elementos neoclásicos y barrocos, con una impresionante decoración que resalta la entrada principal y los detalles ornamentales. Además, la iglesia cuenta con una torre campanario, situada en uno de los laterales de la nave y que se convierte en uno de los puntos más característicos del edificio.
Zújar es uno de los municipios de mayor proyección económica del Altiplano de Granada. Su cercanía a la Autovía A-92, a la ciudad de servicios de Baza, su riqueza hidrológica termal y fuentes para riego, los paisajes llenos de contrastes entre la inmensidad del Embalse del Negratín, los bosques del Cerro Jabalcón y los campos semidesérticos, hacen de Zújar un buen lugar para vivir e invertir.
Una agricultura de vanguardia, basada en productos hortícolas intensivos con sistemas de producción integrada. Establecimientos turísticos de calidad, producción y promoción de los productos zujareños, especialmente los de repostería, junto a la tradicional riqueza oleícola de las vegas de Zújar, hacen que este municipio, definitivamente, esté ganando el futuro.
En la “Vega de Zújar” que abraza todo el núcleo urbano se pueden contemplar, mejor que en ninguna otra zona del Altiplano de Granada el aprovechamiento milenario de la tierra de Zújar.
Terrazas abancalada, antiguos muros de piedra seca, sostienen olivos centenarios, que han dado riqueza y sustento a las gentes de esta tierra noble.
La vega, con multitud de albercas, acequias árabes, caños… lleva el agua por todos los labrantíos creando un vergel entre zonas sub-desérticas, que sorprende por su riqueza y esplendor.
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La romería se viene celebrando de forma ininterrumpida desde el siglo XVI, el último domingo de Abril. Su gran atractivo procede del magnífico entorno natural por el cual transcurre. Comienza en la Plaza Mayor y asciende hacia la cima del Cerro Jabalcón, atravesando la Vega y siguiendo el camino de la Virgen, un sendero abrupto de gran belleza. Termina en la Ermita, dónde los romeros recibirán el impacto de la excepcional panorámica que desde el mirador se contempla y el obsequio de una “Teja de Arroz” guisado en enormes calderas matanceras.
Es la Romería más antigua de la Provincia de las que se realizan en honor a la advocación de la Virgen de la Cabeza. Congrega a gran cantidad de personas que disfrutan de una de las pocas Romerías que se conservan en estado puro.
Sencillamente, con lo que da la tierra, el saber ancestral de las gentes de Zújar nos hace revivir sabores de la infancia para muchos sabores auténticos para tantos. Sonoros nombres que evocan otros tiempos; gurrupina, gachas, tortas, migas, gurullos y la matanza, llena de tesoros para el paladar, de tajás, chorizos y morcillas en ollas y orzas, de rellenos y torreznos para los fríos del invierno y dulces roscos, tortas de chicharrones, hojaldres para los más golosos.
Zújar, como la Comarca de Baza en la que se inserta, es una tierra que culturalmente se fue definiendo primero como lugar fronterizo (dentro del reino de Granada) y después como lugar de conquista cristiana. Esto ha permitido un desarrollo de una cultura de grandes contrastes que se observa en su gastronomía popular, castellana y andaluza, morisca y cristiana.
En cuanto a sus platos más representativos, resaltan aquellos que se relacionan con la matanza del cerdo (olla de matanza, migas de matanza) y un sin número de guisos populares como la gurrupina, las gachas, las gachas-tortas, guisados, potajes etc.
En cuanto a sus platos más representativos, resaltan aquellos que se relacionan con la matanza del cerdo (olla de matanza, migas de matanza) y un sin número de guisos populares como la gurrupina, las gachas, las gachas-tortas, guisados, potajes etc.
La forma tradicional y casera de las carnes en adobo o en salsas a base de almendras, las fritadas con los productos veraniegos, etc. Se suma a la gran diversidad de embutidos caseros como chorizos, morcillas, longanizas, salchichones, carne embuchada, butifarras, blanquillos, etc.
Zújar mantiene una ancestral tradición artesana en productos de panadería y bollería, que sustenta pequeños obradores familiares que siguiendo antiguas recetas elaboran deliciosos dulces.
La tradición, el buen hacer artesano se hace pan en las tahonas zujareñas, pan recio para los días de invierno, para hacer migas y sustento de tantos días, sabor a leña de olivo y almendro, olor a pan recién hecho por las calles de Zújar, para disfrutar del auténtico “pan de pueblo”, para compartir y llenar de sabor la auténtica sabiduría de los platos del Altiplano de Granada.